Un coche con 1.800 CV, motor V16 y un precio de 3,8 millones de euros que no tiene raíces en el Bugatti Chiron. Este es el espectacular Bugatti Tourbillon, una obra maestra que reescribe las reglas de la ingeniería automotriz con una colaboración única con Rimac, conocida por su innovación en vehículos eléctricos.
Al mirar más de cerca, el Tourbillon no es un simple sucesor del Chiron, sino un nuevo concepto que refleja una evolución en el mundo del automóvil.
Este modelo cuenta con un impresionante motor V16 electrificado, que ha sido completamente reinventado, dejando atrás la antigua disposición en W y esos masivos turbocompresores que definieron el corazón del Chiron.
Magia técnica: 1.800 CV y un corazón híbrido
La verdadera magia reside en su sistema propulsor. Con 1.000 CV provenientes de un poderoso motor de 8.3 litros, y tres motores eléctricos, cada uno con 250 kW (334 CV), se logra una máxima potencia combinada de 1.800 CV. Este enfoque híbrido no solo redefine la potencia, sino que también se adapta a los nuevos tiempos, priorizando tanto el rendimiento como la sostenibilidad.
Lo que distingue al Tourbillon es su motor de alta rotación, que puede alcanzar hasta 9.000 rpm, ofreciendo una aceleración intensa y emocionante.
La batería es igualmente avanzada, con tecnología de iones de litio que proporciona 24,8 kWh, lo que le permite aprovechar al máximo sus capacidades eléctricas. No se trata solo de velocidad; es un testimonio de cómo la tecnología puede fusionar el rendimiento extremo con la eficiencia.
Herencia y futuro: El Tourbillon como ícono atemporal
Mate Rimac, CEO de Bugatti Rimac, enfatiza que el desarrollo de este coche ha estado guiado por 115 años de historia de la marca y la visión de su fundador, Ettore Bugatti. Frases como “si es comparable, ya no es Bugatti” y “nada es demasiado bello” han inspirado a los diseñadores e ingenieros en su misión de crear un hito en la historia de los hiperdeportivos. Con el Tourbillon, no solo rinden homenaje a esta rica herencia; la redefinen.
La combinación de belleza, lujo y rendimiento que el Tourbillon encarna no solo establece un nuevo estándar, sino que claramente posiciona a Bugatti como un líder en la innovación y la artesanía automotriz.
Para aquellos que consideran convertirse en propietarios de esta joya de la ingeniería, el Bugatti Tourbillon no es simplemente un coche: es una declaración de intenciones y un sueño hecho realidad en el camino hacia la perfección automotriz.“Estamos creando íconos que resistirán la prueba del tiempo”, afirmaba Christophe Piochon, Presidente de Bugatti.
Híbrido y velocidad extrema: El Tourbillon redefine los límites
Esta aseveración resuena profundamente, especialmente cuando observamos su último modelo, el Bugatti Tourbillon, que no solo es una maravilla de la ingeniería, sino un testimonio de cómo la marca sigue redefiniendo el concepto de superdeportivo.
El Tourbillon se convierte en un híbrido enchufable PHEV, ofreciendo una autonomía de 60 km en modo totalmente eléctrico. Es impresionante, incluso para los estándares de Bugatti, que pueda acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 2 segundos. Con la ayuda de los neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, este vehículo alcanza los 200 km/h en 5 segundos, y 300 km/h en apenas 10 segundos.
Esta velocidad no es solo un número; es la culminación de años de experiencia y dedicación en la ingeniería automotriz.
Gracias a una aerodinámica meticulosamente diseñada, el Bugatti Tourbillon puede alcanzar su velocidad máxima de 380 km/h en solo 25 segundos.
Del CFD al túnel real: La odisea técnica del Tourbillon
La historia detrás de su desarrollo es fascinante: quince meses antes de su presentación mundial, un equipo de los mejores ingenieros y aerodinámicos de Bugatti se reunió en un túnel de viento de última generación en Italia. Allí, comenzaron a sentar las bases para lo que se convertiría en el próximo hito de la marca.
Con la ayuda de simulaciones de CFD (Dinámica de Fluidos Computacional), los ingenieros tuvieron una primera idea de cómo el coche se comportaría en la carretera. Posteriormente, pasaron a las pruebas reales en el túnel de viento. “Hemos evolucionado de un túnel de viento de modelo a escala a una instalación de tamaño real.
Prototipo real: Donde la precisión se convierte en arte
Esto forma parte de nuestro programa para validar el rendimiento aerodinámico del Tourbillon”, explica Paul Burnham, ingeniero jefe de vehículos de Bugatti. “Ahora contamos con un prototipo a escala real, lo que nos ofrece un avance significativo en la calibración de nuestras herramientas de simulación, permitiendo obtener resultados aún más precisos”.
Cada paso en el proceso del Tourbillon refleja la obsesión de Bugatti por la perfección. Desde su concepción hasta su fabricación, cada detalle ha sido cuidadosamente considerado. Al final, este coche no es solo una maquinaria; es una obra de arte que captura la esencia de lo que significa ser parte de la historia de la automoción.
