Las llantas tienen una duración limitada, tanto en términos de kilometraje como en años. Sin embargo, es posible evitar que se deterioren prematuramente. Al seguir estas 9 sugerencias para cuidar tus llantas lograrás aprovecharlas al máximo:
1. Verifica la presión
Todas las ruedas cuentan con una presión recomendada de fábrica, la cual varía dependiendo de la carga del vehículo. Mantenerla en este nivel es crucial por razones de seguridad y para favorecer un desgaste uniforme de la goma. Cuando la presión es demasiado baja, se incrementa la superficie de contacto, causando un desgaste irregular y aumentando el riesgo de pinchazos. En cambio, si la presión es excesiva, se eleva la posibilidad de reventones y disminuye la superficie de contacto, lo que afecta la adherencia al pavimento.
2. Revisa las válvulas y tapones
No tiene utilidad inflar regularmente los neumáticos para lograr la presión correcta si después liberan aire. Verifica que sean herméticos, inspeccionando las válvulas y tapones de las ruedas, componentes cruciales (especialmente lo primero) para evitar la fuga de aire y la disminución de la presión.
3. Atención a los probables daños que pueda sufrir el neumático
El desgaste no es el solo daño externo al que se exponen los neumáticos, ya que durante maniobras comunes como estacionar, pueden suceder colisiones, raspaduras o cortes que resulten en cortes o protuberancias. Si identificas alguno, intenta repararlo, pero si no es factible, será necesario cambiar ambas ruedas del eje.
4. Asegúrate de que la profundidad del dibujo esté dentro de los límites legales
En el caso de que la profundidad sea insuficiente, el neumático pierde tracción, no puede drenar líquidos de manera efectiva y puede resultar en aquaplaning. Por lo tanto, es un aspecto que requiere ser considerado. Se recomienda una profundidad mínima de 1,6 mm según lo especificado por la ley.
5. La relevancia de la alineación
En caso de que el ajuste de las ruedas no sea el adecuado, se percibirán vibraciones en el volante y se complicará mantener una trayectoria estable. Esto resultará en una disminución del agarre. Si observas alguno de estos signos, visita un taller.
6. Realiza arranques y frenadas con moderación
Acelera de manera suave para reducir al mínimo el deslizamiento de las ruedas. Aplica la misma técnica al frenar: anticipa tus movimientos e intenta disminuir la velocidad del automóvil bajando de marchas. Evita esperar hasta el último momento para frenar bruscamente.
7. Ajustar la presión según la carga
Los fabricantes indican una presión estándar que se debe mantener para garantizar un desgaste adecuado de los neumáticos. Sin embargo, es posible ajustar la presión según la carga que llevemos en el vehículo. Por lo general, se sugiere una presión más baja con poca o ninguna carga en el automóvil y una presión más alta con carga. Esto se debe a que si no aumentamos la presión al llevar una carga pesada, el resultado será similar al de circular con los neumáticos con baja presión.
8. Precaución al usar cadenas
En la época invernal es imprescindible la utilización de cadenas en áreas con nieve o hielo. Sin embargo, al circular con cadenas se necesitará ajustar levemente el estilo de conducción: se debe evitar altas velocidades si hay poca nieve. Debido a que esto podría ser muy dañino para los neumáticos. Además, es importante verificar que estén correctamente instaladas para evitar daños en la llanta y quitarlas lo más pronto posible al abandonar la zona con nieve.
9. Mover el automóvil si permanece inactivo durante mucho tiempo
Si el automóvil permanece estacionado por largos periodos, se aconseja moverlo, al menos, cada quince días. De este modo, además de contribuir a mantener el vehículo en óptimas condiciones, se evitará que la misma parte de la llanta en contacto con el pavimento esté siempre en la misma posición.