Seguramente en alguna ocasión has sido cuestionado o has planteado si un determinado coche utiliza correa de distribución o cadena. Esta ha sido una pregunta habitual hasta no hace mucho tiempo y siempre ha existido la incertidumbre sobre cuál de los sistemas resulta más conveniente. A continuación, te explicamos qué es preferible, cadena o correa de distribución.
Para empezar, es importante aclarar que la distribución se refiere a la coordinación de las diferentes fases que permiten el funcionamiento de un motor de combustión, ya sea diésel o de gasolina. Es decir, incluye la admisión, compresión, explosión y expansión, así como el escape.
En otras palabras, como menciona el periodista Rubén Fidalgo, “su función es sincronizar el movimiento del cigüeñal, que determina el movimiento vertical de los pistones en los cilindros, y las válvulas, que son impulsadas por los árboles de levas”.
En segundo lugar, es fundamental señalar que ninguno de los dos sistemas es absolutamente perfecto. Cada uno cuenta con sus propias ventajas e inconvenientes, que varían según el tipo de vehículo, el uso que se le dé y otros factores. “Algunos coches utilizan cadenas porque sus diseñadores priorizan las ventajas que aportan, mientras que otros optan por correas debido a las ventajas que ofrecen”, indica Fidalgo. Es crucial entender que nada es eterno, ni las cadenas tienen una duración infinita, ni las correas son imparables.
Cadenas: ventajas e inconvenientes
Históricamente, las cadenas eran casi indestructibles, pero eso cambió hace unos 30 años. En el pasado, se fabricaban con un diseño mucho más robusto. Un ejemplo de ello es la cadena del Mercedes W116, que era considerablemente gruesa y prácticamente irrompible. Sin embargo, con el tiempo, las cadenas se han vuelto más susceptibles a daños, debido principalmente a que los tensores son ahora de material plástico, además de ser más estrechas y, por ende, menos robustas.
Normalmente, la causa del principal fallo en la cadena de distribución suele ser el mecanismo que se encarga de tensarla, ya sea el propio tensor, una caída de presión del aceite o los patines, que son piezas sintéticas sobre las que rozan continuamente los eslabones de la cadena.
Otro inconveniente de las cadenas es que tienden a estirarse con el uso y pueden romperse en el punto más débil. Debido a este estiramiento, estas requieren un tensor dinámico; anteriormente, eran fijos y necesitaban revisión periódica. Actualmente, se emplean tensores hidráulicos que mantienen una tensión constante gracias a la presión del circuito de lubricación del motor.
Es un componente menos propenso a romperse, aunque sí pueden fallar otros elementos de la distribución. Generalmente, es más durable que la correa y puede soportar alrededor de 200.000 kilómetros. Además, requiere menos mantenimiento, aunque el costo de reemplazo es elevado, ya que la cadena está ubicada dentro del motor, lo que implica un desarme casi total.
La correa de distribución: ventajas e inconvenientes
Las primeras correas de distribución comenzaron a emplearse a partir de los años 70, cuando se introdujeron nuevos materiales y compuestos sintéticos que les otorgaron mayor resistencia. Las ventajas más notables de la correa son que es más ligera, silenciosa y eficiente. Su estructura es más homogénea que la de una cadena, ya que no presenta un eslabón más débil que otro ni rodillos que puedan fallar.
No obstante, al ser fabricadas con material más blando, se desgastan con mayor rapidez y requieren un reemplazo más frecuente que la cadena. Sin embargo, si se realiza un adecuado mantenimiento y se cambia dentro de los plazos indicados por el fabricante, es poco probable que una correa se rompa.
Sin duda, el cambio de la correa de distribución es una de las tareas de mantenimiento más delicadas del automóvil, dado que puede suponer un gasto significativo. Anteriormente, solo se cambiaba la correa y no resultaba tan costoso.
Sin embargo, en la actualidad es necesario reemplazar todo el kit de distribución, que incluye varios componentes, como los rodillos tensores y, generalmente, la bomba de agua, la cual es impulsada por la propia correa. Con un correcto mantenimiento, la correa de distribución es muy poco probable que falle y puede durar hasta 180.000 kilómetros o diez años, dependiendo del modelo de vehículo.
¿Qué es mejor, cadena o correa de distribución?
Tras haber analizado las ventajas y desventajas de cada sistema, surge la pregunta de qué opción es superior, cadena o correa de distribución. Esta cuestión se puede resumir diciendo que las ventajas de una son las desventajas de la otra y viceversa.
De manera general, se puede afirmar que la cadena tiene una mayor durabilidad, aunque no es eterna, además de no requerir mantenimiento específico, ser más compacta y ofrecer menos pérdidas mecánicas debido a la fricción interna del motor, ya que se encuentra lubricada con aceite de baja viscosidad. Por su parte, la correa de distribución es significativamente más silenciosa, se fabrica a un costo menor (aunque esto no se refleja necesariamente en el precio al consumidor), generalmente es más fácil de reemplazar y proporciona mayor flexibilidad en el diseño del motor.