Con el emblemático evento de la demolición del Muro de Berlín en 1989, un acontecimiento que marcó el principio del fin de la división germana e impulsó la disolución del bloque soviético, surgía un contexto geopolítico renovado.
En esa misma época, Volkswagen presentaba el Corrado, un vehículo de tipo coupé desarrollado sobre la infraestructura del Golf Mk2, y situado en un escalón superior al Scirocco.
De manera casi simultánea, la firma encargó a un constructor la creación de una versión shooting brake con planes de producción en serie que, lamentablemente, nunca llegó a concretarse. Aquel prototipo era el Volkswagen Corrado Magnum.
Las siluetas shooting brake cobraron auge en Reino Unido hacia las décadas de 1960 y 1970, definidas, en esencia, como la fusión entre un coupé de dos puertas y un modelo station wagon.
A pesar de su naturaleza deportiva, ofrecían un toque extra de versatilidad. Cuando los 80 llegaban a su ocaso, este concepto ya no gozaba de tanto aprecio. Sin embargo, Volkswagen instó a Marold Automobil GmbH (MAG) a explorar esta variante para su flamante vehículo deportivo.
El espacioso Volkswagen Corrado Magnum ofrece 490 litros de capacidad en el maletero
Joseph Marold fundó MAG en 1979, una empresa especializada en el diseño de herramientas para la manufactura de vehículos en series limitadas y conocida por su colaboración con Karmann.
El debut del Volkswagen Corrado Magnum tuvo lugar en el Salón de Frankfurt de 1989, conservando la estética del Corrado estándar hasta el pilar B. A partir de ese punto, el techo prolongaba su trazo de manera recta hacia la trasera, culminando en una puerta trasera casi perfectamente vertical, otorgándole un aire familiar. Curiosamente, si analizas los faros traseros, te evocarán a otro modelo posterior, el Audi RS2 Avant.
Este diseño innovador permitía a la zona de carga maximizar su volumen hasta los generosos 490 litros, superando a varios todoterrenos de la contemporaneidad. Las formas rectangulares del maletero facilitaban la óptima utilización de su espacio.
Otra característica que lo diferenciaba del modelo base era la sustitución de la banqueta trasera por dos asientos individuales, transformando el vehículo en una cómoda alternativa de cuatro asientos.
Propulsión del Golf G60 en el motor
Aunque el Corrado estaba disponible con propulsores de 1.8 y 2.0 litros, y las versiones VR6 de 2.8 y 2.9 litros, el Corrado Magnum, apodado también Sport Kombi, optó por la motorización más robusta de Volkswagen de aquel período, un corazón G60 de 1.8 litros y 160 HP.
Así, Volkswagen pregonaba una propulsión de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y un tope de rapidez de 225 km/h.
Originariamente, el fabricante germano deseaba fabricar una serie del Corrado Magnum restringida a 200 ejemplares. Sin embargo, terminó desistiendo del emprendimiento en 1991 tras completar solamente dos ejemplares.
Ese año, Marold topó con dichos prototipos y decidió comercializarlos, aunque a una tarifa exorbitante (3,2 millones de marcos, aproximadamente dos millones de euros). No halló compradores y los automóviles acabaron en un desguace.
Afortunadamente, en 2007, el exvicepresidente del Corrado Club of America, John Kuitwaard, los localizó por azar en internet y procedió a su adquisición, aunque, al tratarse de prototipos que no tenían autorización para transitar, no conseguía ingresarlos a Estados Unidos.
Instó por una excepción especial, para automóviles de demostración, pero fue en vano. Finalmente, en 2014, tratándose de modelos con 25 años de antigüedad y calificados como clásicos, consiguió trasladarlos al continente americano y los ofreció a través de LuxSport. Uno permaneció ahí y otro fue devuelto a Alemania.