Hemos constatado en más de una ocasión: los años ’80 fueron una década de excesos en la que se crearon todo tipo de vehículos y hubo muchas colaboraciones que hoy serían casi impensables. Una de estas alianzas unió a Toyota y la California Highway Patrol (Patrulla de Carretera de California), uno de los cuerpos policiales del estado de California. Esto para llevar a cabo un programa de pruebas con coches patrulla algo diferentes.
En cierto momento de la década de 1980, Toyota decidió que sus coches eran aptos para convertirse en vehículos de Policía. Sin embargo, para hacerlos funcionales requerían una serie de modificaciones, mejoras que venían de la mano del especialista Toysport, considerado el primer distribuidor de piezas TRD (Toyota Racing Development) de Estados Unidos, con Joel Luz al frente de la empresa.
La historia del Toyota Camry de Policía que incorporaba el propulsor del Celica del WRC
La decisión de Toyota fue que la California Highway Patrol fuera la primera fuerza policial del país en probar los coches patrulla de una marca extranjera, según informa The Drive citando un artículo de 1989 del The Los Angeles Times (por entonces, todos los coches patrulla debían ser de fabricación local). Se estima que se fabricaron un total de siete vehículos a medida, entre los que destaca el Toyota Camry (prueba) de Policía que incorporaba el propulsor del Celica WRC.
La mayoría de los coches eran unidades con motores de cuatro cilindros o V6 de aspiración natural cuyo objetivo principal era probar características como la capacidad de tracción sobre nieve (para que los agentes no tuvieran que poner y quitar las cadenas), al mismo tiempo que realizaban sus labores policiales habituales en un patrullero.
Pero lo más interesante es el Toyota Camry de Policía que estaba equipado con un propulsor sobrealimentado y otras piezas del Celica que competía en el Campeonato del Mundo de Rallyes. Dado que ambos coches compartían chasis, se instaló el propulsor 3S-GTE de 2.0 litros sobrealimentado bajo el capó y se unió a la transmisión All-Trac de segunda generación (ST185), también conocida como GT-Four.
Además, el propulsor recibió una serie de modificaciones que, según el propio Joel Luz, permitían al coche de Policía ofrecer “fácilmente entre 280 y 300” CV de potencia y “un poco más de par”. El propulsor estaba asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades que distribuía la potencia entre el eje delantero y el trasero, donde se encontraban diferenciales de deslizamiento limitado y llantas de 15 pulgadas con neumáticos Goodyear.
Modificaciones para adaptarse a los requisitos para ser coche de Policía en Estados Unidos
Entre los requisitos para ser aprobado como coche de Policía, el Toyota Camry debía incorporar un asiento donde cupiera un agente con el cinturón de servicio, por lo que se colocaron asientos Recaro específicos. También debía permanecer al menos una hora con el motor apagado y todos los componentes eléctricos conectados, y aún más importante, debía poder saltar un bordillo de 20 centímetros de altura 20 veces sin sufrir daños, lo que conllevó mejoras en el chasis y la suspensión.
Y hablando de la suspensión, la mayoría de los componentes los suministró TRD directamente del Toyota Team Europe. Se instaló un conjunto de muelles y amortiguadores TRD basados en los empleados en los coches del campeonato de rallyes, pero con 5 cm más de altura para compensar el peso adicional del Camry, y también se sueldó toda la parte delantera del chasis para añadir rigidez y solidez al conjunto, aunque manteniendo cierta flexibilidad.
No se sabe exactamente qué ocurrió con el Toyota Camry de Policía que incorporaba el propulsor del Celica del WRC, aunque se cree que lo más probable es que acabara siendo destruido. Tampoco se conocen detalles surgidos del programa de pruebas de Toyota y la California Highway Patrol.