El Infiniti QX55 2025 es un modelo que se presenta como la opción más deportiva y estilizada dentro de la línea de SUVs de Infiniti, sirviendo como la variante coupé del popular QX50. Este SUV compacto ofrece un diseño moderno y una estética atractiva, caracterizada por una pronunciada línea de techo que desciende hacia la parte trasera. Esta forma aerodinámica, sin embargo, viene acompañada de algunas concesiones que los compradores deben considerar. En comparación con su contraparte, el QX50, el QX55 presenta una reducción del 15% en la capacidad de carga y cerca de 1.5 centímetros menos de espacio para la cabeza en la parte trasera.
Es importante tener en cuenta que quienes busquen un diseño más deportivo y una estética más elaborada podrían no ver estos aspectos como un inconveniente. Sin embargo, el precio superior del QX55, que puede alcanzar varios miles de dólares por encima del QX50, plantea una pregunta importante: ¿realmente vale la pena pagar más por obtener menos en términos de funcionalidad?
El Infiniti QX55 se ofrece en tres variantes: Luxe, Essential y Sensory, cada una con distintas características y niveles de equipamiento. A nivel de motorización, solo hay un motor disponible: un eficiente cuatro cilindros turboalimentado de 2.0 litros con una potencia de 268 caballos de fuerza y un torque de 280 libras-pie, que trabaja en conjunto con una transmisión continuamente variable (CVT). Todos los modelos QX55 vienen estándar con tracción total, proporcionando una experiencia de conducción estable y segura en diversas condiciones.
Al ingresar al interior del QX55, te encuentras con un diseño elegante que incorpora un sistema de doble pantalla en el centro del tablero. Aunque la idea del doble pantalla es innovadora, podría haberse simplificado con una sola pantalla para una experiencia más intuitiva. A pesar de esto, el uso efectivo del espacio en este crossover compacto es digno de mención. El acceso a la parte trasera es cómodo, aunque personas más altas pueden necesitar agacharse un poco al entrar, una pequeña concesión frente al diseño estilizado del vehículo.
El interior está revestido con cuero genuino y superficies suaves que crean un ambiente acogedor, aunque no logra competir visualmente con algunos de sus rivales más robustos en el mercado. Los asientos delanteros son amplios y cómodos, y el modelo que probé incluía soporte lumbar eléctrico, lo que es un plus considerable para viajes largos. Sin embargo, conductores más altos pueden desear una posición de asiento más baja para mejorar aún más la visibilidad. Además, el sistema de cámara de reversa podría beneficiarse de una mayor resolución para mejorar la seguridad al estacionar.
En términos de capacidad, el QX55 supera a varios de sus competidores en el segmento, ofreciendo 26.9 pies cúbicos de espacio detrás del asiento trasero, lo que es bastante práctico para las necesidades diarias, aunque presenta una abertura algo limitada, dificultando el transporte de objetos grandes. La segunda fila de asientos, que puede deslizarse y reclinarse, es otra característica positiva que permite adaptarse a diferentes configuraciones, lo que es especialmente útil para quienes deben acomodar asientos de seguridad infantiles.
Sin embargo, no todo en el QX55 es positivo. Las pantallas del sistema de infotainment son un punto débil, ya que los gráficos se perciben como poco atractivos y la interfaz puede resultar confusa, con un sistema de navegación que a veces inicia rutas sin previa consulta. Afortunadamente, el modelo cuenta con Apple CarPlay inalámbrico y un sistema de audio Bose de 16 altavoces que ofrece una calidad de sonido notable, elevando la experiencia general.
En cuanto a la seguridad, el QX55 está bien equipado con tecnologías de asistencia al conductor que incluyen asistente de mantenimiento de carril, advertencias de colisión y el asistente ProPilot de Infiniti, entre otros, brindando un nivel de confianza al manejar. Sin embargo, las capacidades de conducción no alcanzan las expectativas puestas en un vehículo de esta categoría premium.
Durante la prueba de manejo, el QX55 mostró ciertos problemas de potencia al arrancar, aunque eventualmente logra una buena aceleración. Sin embargo, la suavidad de la transmisión CVT es más bien decepcionante, con cambios bruscos que interrumpen la fluidez de la marcha. La dirección se siente desconectada, requiriendo constantes ajustes, lo que puede resultar frustrante en viajes prolongados o en condiciones de tráfico variable. La suspensión, aunque activa, no logra aislar al conductor de las imperfecciones de la carretera, lo que se convierte en un factor clave de incomodidad en trayectos largos.
A pesar de sus numerosas ventajas, la experiencia de conducción del Infiniti QX55 parece quedar corta frente a las expectativas del segmento de lujo. Aunque el modelo es sin duda atractivo y espacioso, la economía de combustible y el rendimiento en la carretera dejan un sabor agridulce. Con un precio que comienza alrededor de los 53,314 dólares y un consumo que se estima en 22 mpg en la ciudad y 28 mpg en carretera, podemos concluir que hay opciones más satisfactorias en el mercado que podrían ofrecer una combinación superior de estilo, confort y desempeño para quienes buscan un SUV crossover de estilo coupé.
