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El Alfa Romeo 156 Deportivo: La Joya Española que Transformó el Automovilismo

A finales de los años 90 y principios de los 2000, España era un hervidero de pasión por el automovilismo. Con una creciente popularidad y competencia, surgió la idea de establecer un campeonato que pudiera rivalizar con el emocionante DTM (Deutsche Tourenwagen Masters) alemán. Aunque el proyecto nunca llegó a materializarse, dejó un legado invaluable: el Coloni S1, un espectacular prototipo que nació de la fusión entre el talento español y el icónico Alfa Romeo 156.

Coloni Motorsport, la escudería italiana fundada por Enzo Coloni en 1982, ya contaba con una trayectoria en la Fórmula 3. Entre 1983 y 1986, se destacó en este campeonato, llegando a debutar en la Fórmula 1 en 1987. Sin embargo, su paso por la máxima categoría del automovilismo no fue precisamente glorioso; de hecho, intentaron clasificar en 82 carreras y solo lograron entrar en 14. Pero no todo fue ignorancia a su paso por la Fórmula 1. En otras competiciones, como el Campeonato Italiano de Fórmula 3, Coloni dejó su huella, dominando la competición en varias ediciones con sus vehículos Alfa Romeo.

Coloni S1: El Alfa Romeo 156 forjado para el DTM español

El Coloni S1 fue un intento de fusionar la esencia de las carreras en circuito con la deportividad de un turismo, imaginando cómo podría ser un DTM español. Este audaz esfuerzo fue encabezado por Jaime Alguersuari Sr., quien, a través de su empresa RPM, desarrolló este prototipo de alto rendimiento. El Alfa Romeo 156, que ya había demostrado su valía en el mundo automovilístico, fue elegido como base. Este modelo había despertado pasiones entre los “alfistas”, quienes lo consideraban un clásico de la marca, sobre todo con su versión GTA, que había dejado su huella en competencias pasadas, siendo un digno sucesor del legendario 155 V6 Ti, que arrasó en el DTM en 1993.

Bajo el capó de este innovador Coloni S1 se ocultaba un chasis de competición, meticulosamente construido con fibra de carbono y una estructura metálica que proporcionaba resistencia y ligereza. Uno de los elementos más destacados era su motor V6 Busso de 3.0 litros, un corazón potenciado capaz de escupir 500 CV y alcanzar impresionantes revoluciones de hasta 10,000 RPM. Coloni también se aseguró de usar una transmisión secuencial de seis velocidades que traducía esa potencia en aceleración pura. Recordemos que este bólido era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en apenas 2 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 340 km/h, cifras que hoy en día solo se logran con hiperdeportivos eléctricos o coches de carreras de élite.

La impresionante aceleración del Coloni S1 no solo se atribuía a su potente motor; su liviano peso, que apenas alcanzaba la tonelada, también jugaba un rol crucial. El diseño contaba con frenos Brembo de carbono y titanio, llantas de magnesio OZ de 18 pulgadas, y un sistema de suspensión desarrollado en colaboración con Eibach, lo que le confería una agilidad excepcional en pista.

El peso de los costos

Sin embargo, a pesar de su asombroso potencial, el Coloni S1 era un coche monoplaza que presentaba un diseño radical, con el asiento centrado en el habitáculo, evocando al famoso McLaren F1, aunque sin los dos asientos laterales que ofrecía este último. Finalmente, el sueño de ver al Coloni S1 compitiendo en las pistas se desvaneció debido a los desorbitados costos de desarrollo, que ascendieron a unas escalofriantes 600,000 euros.

El prototipo sirvió finalmente para evaluar la viabilidad del proyecto y medir el interés de otros equipos en sumarse a esta aventura. Desafortunadamente, la respuesta no fue la esperada y el Coloni S1 se convirtió en un recordatorio nostálgico de lo que pudo haber sido un capítulo emocionante en la historia del automovilismo español. A través de este relato, comprendemos que a veces la pasión no es suficiente para llevar a cabo una idea brillante, pero la historia del Coloni S1 sigue viva como un emblemático testimonio del ingenio y la ambición del automovilismo en el país.

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