Mazda demuestra, una vez más, su gran capacidad de adaptación al combinar una tecnología relegada desde hace más de una década con un concepto de movilidad del futuro, creando así una solución que mejora la convivencia con un automóvil eléctrico al eliminar sus principales puntos débiles: la autonomía y los tiempos de recarga.
La empresa japonesa define al nuevo Mazda MX-30 R-EV (prueba) como un crossover híbrido enchufable con un motor rotativo que actúa como generador. Basado en el Mazda MX-30 (prueba), esta nueva versión es, en esencia, un automóvil eléctrico de autonomía extendida. Es decir, que utiliza un motor de gasolina como generador eléctrico para recargar su batería, aunque la propulsión del propio vehículo se realiza exclusivamente a través de un motor eléctrico.
Por consiguiente, el nuevo MX-30 R-EV está equipado con un sistema de propulsión compuesto por un motor eléctrico, una batería y un motor rotativo de nueva generación. Este propulsor representa el retorno de Mazda a su esencia después de que en junio de 2012 dejara de fabricar el modelo RX-8 y, con ello, la producción en serie del motor rotativo. Más de una década después, el motor rotativo vuelve a escena, pero adaptado a las nuevas necesidades de movilidad.
El motor rotativo de Mazda
En primer lugar, permíteme retroceder en el tiempo. El 30 de mayo de 1967 se presentó el Mazda Cosmo Sport, el primer vehículo con motor rotativo en la historia de la automoción. Pero hasta llegar a esa fecha, el trabajo de los ingenieros orientales fue titánico.
Para desarrollar su motor rotativo, Mazda optó por el tipo Wankel, caracterizado por su rotor de forma triangular. Durante el proceso, surgió el problema de las ‘Devil’s nail marks’ o los ‘arañazos del diablo’, las marcas que producían las puntas del rotor por las vibraciones.
Para superar este problema, la empresa creó un grupo de 47 ingenieros, el mismo número que formaba Shijyu Shichi Shila, la banda de samuráis (los 47 rōnin) que vengaron a su líder. Al mando estaba Kenichi Yamamoto, que manifestó: “A partir de ahora, el motor rotativo debe estar en sus mentes en todo momento, no importa si están dormidos o despiertos”.
Sin embargo, no lograron resolver el problema…
Hasta que en 1963, uno de los miembros del equipo propuso modificar ciertas características en el sello del motor, eliminando con ello las marcas del rotor. Un año después, y con el apoyo de Nippon Carbon Co., Ltd., Mazda creó un nuevo sello, hecho de materiales compuestos por aluminio y carbono.
Tsuneji Matsuda, máximo dirigente de Mazda, expresó: «Si fallamos después de haber llegado tan lejos, se dirá que el propulsor rotativo es un inútil y eso sería lamentable». Tras largos periodos realizando exámenes por Japón, en 1967 fue presentado el Mazda Cosmo Sport. Y el resto ya es historia, una historia de éxito que incluye la primera victoria en las 24 Horas de Le Mans, en 1991 y en la categoría absoluta, de un coche japonés, y la primera y única de un bólido con un propulsor rotativo gracias al espectacular Mazda 787B.
La unidad rotativa de nueva generación
El propulsor rotativo de reciente desarrollo es una unidad de un solo rotor de 830 cm3 con un diseño muy compacto, un radio de generación de 120 mm y una anchura de 76 mm. Está integrado como parte del motor eléctrico y el generador, lo que da como resultado una anchura total inferior a 840 mm y permite integrar el conjunto en el mismo vano motor que utiliza el Mazda MX-30 eléctrico. También en el conjunto, un depósito de combustible.
Esta es una de las ventajas en comparación con un propulsor de pistones: su menor espacio. La otra es que genera la misma potencia desde un bloque más compacto.
Los ingenieros de Mazda han trabajado para reducir el peso en más de 15 kilos en comparación con el anterior motor rotativo 13B Renesis que impulsaba al Mazda RX-8, sustituyendo el hierro por aluminio. El propulsor genera una potencia de 55 kW (75 CV) y ha sido optimizado para reducir tanto el consumo como las emisiones.
Es por este motivo que el nuevo propulsor rotativo de Mazda cuenta ahora con un sistema de inyección directa de combustible, lo que permite distribuir la mezcla de combustible en la zona de combustión principal,obteniendo de esta manera una combustión más eficaz.
Además, incorpora un sistema de recirculación de gases de escape (EGR) que ayuda a disminuir tanto el consumo como las emisiones, y ha sido desarrollado con tecnologías avanzadas, como la pulverización de combustible de oxígeno a alta velocidad (HVOF) que contribuye a reducir la resistencia al desgaste y a la fricción.
¿Un automóvil eléctrico o un híbrido enchufable?
Para comprender mejor el funcionamiento de la motorización del Mazda MX-30 R-EV, lo primero que debe considerarse es que el nuevo MX-30 R-EV actúa como un automóvil eléctrico, es decir, se desplaza utilizando únicamente su motor eléctrico. Sin embargo, utiliza un sistema híbrido en serie que agrega un motor de combustión muy compacto que actúa como generador eléctrico y que permite recargar la batería mientras se encuentra en movimiento.
De esta manera, el MX-30 R-EV ofrece una autonomía de 85 kilómetros en modo eléctrico puro (110 kilómetros en ciclo urbano) gracias a una batería de ion de litio que permite cubrir los desplazamientos diarios. A esto hay que sumarle un depósito de gasolina de 50 litros que utiliza el motor rotativo para generar electricidad que recarga la batería y resuelve el problema de autonomía de los vehículos eléctricos en los desplazamientos más largos.
Tres modos de manejo
Para poder seleccionar qué hacer en cada momento, el MX-30 R-EV ofrece tres modos de manejo distintos: Normal, EV y Carga. El primero de ellos, el modo Normal, está diseñado para usarse mientras la batería tiene suficiente carga, con el motor rotativo inactivo. Sin embargo, si presionamos el acelerador y demandamos más potencia al sistema, el motor rotativo se activa y suministra energía adicional a la batería, lo que mejora las prestaciones sin alterar la velocidad máxima del vehículo, cifrada en 140 km/h.
La modalidad EV optimiza al máximo el uso de la energía eléctrica hasta agotarla por completo, lo que ocasionaría la activación del motor rotativo de manera automática con el fin de producir electricidad. El motor rotativo también se pone en marcha, al igual que en la modalidad Usual, si el conductor requiere más potencia al acelerar.
Mientras tanto, el modo Carga está diseñado para mantener la carga de la batería por encima del nivel especificado. El MX-30 R-EV activará el generador para que la carga no disminuya por debajo de ese nivel, lo que es ideal para conservar la carga para circular en modo eléctrico al llegar al destino o para utilizar la función V2L (vehicle to load) que permite suministrar electricidad a dispositivos externos, como electrodomésticos pequeños, a través de la toma de corriente del maletero.