Se piensa que el surf era practicado en tiempos remotos por pescadores en Perú y posteriormente, hacia el año 400 de nuestra era, en todo el archipiélago de la Polinesia. Hay numerosos seguidores de este deporte en todo el globo, tanto que ha sido incluido en el programa olímpico desde los Juegos de Tokio 2020 (pospuestos a 2021 por la pandemia). ¿Puedes imaginar la fusión entre el surf y Porsche? Pues este fue el inusual proyecto llevado a cabo por un grupo de aficionados al surf en Polonia, dando origen al Porsche 928 Surfari.
La historia del 928 Surfari se remonta a varios años atrás, con la conexión entre un padre y su hijo. El esfuerzo constante les permitió forjar una comunidad alrededor de su camping y su empresa de deportes acuáticos en la península de Hel, en la costa báltica polaca, pero también les otorgó la oportunidad de gozar de su amor por los automóviles. Finalmente, cuando tu progenitor te introduce en el universo de Porsche, no queda más opción que acogerlo con gusto.
Así fue concebido el Porsche 928 Surfari
Tadeusz Elwart, director del camping Chałupy 6 y fundador del festival Hel Riders, absorbió el mundo Porsche desde su infancia. Al crecer con esa pasión combinada con una vida a orillas del mar, ambas esferas se entrelazaron. Y al tener ya el Porsche de tus sueños en el garaje, tal vez empieces a buscar ideas aún más ambiciosas. Así surgió, durante el dinámico desarrollo del festival Hel Riders, la concepción de un 928 Surfari.
Lo que a muchos les podía parecer un desafío insuperable constituyó un estímulo positivo para el equipo de Hel Riders encargado de diseñar el Porsche 928 Surfari. La meta era crear un Porsche capaz de afrontar diversos terrenos, pero también adecuado para ir a la playa y transportar surfistas en cuanto avistaran grandes olas. La idea suena fenomenal, pero ¿cómo lograrlo?
El motor V8, un excelente inicio
El Porsche 928 representa un sólido punto de inicio, con su icónico propulsor V8. Quien conozca este motor entenderá su singularidad y que la potencia no sería un problema. Se trata de un bloque de ocho cilindros distribuidos en un ángulo de 90 grados, refrigerado por agua y sistema de inyección de combustible K-Jetronic. La cilindrada del motor se incrementó desde los 4.5 litros originales hasta llegar a los 5.4 litros, con niveles de potencia que oscilaban entre los 240 y 300 CV.
La maquinaria funcionaba correctamente. Sin embargo, surgieron otros desafíos, como la modificación de la transmisión, el diferencial y la suspensión para transformar un 928 en un vehículo todoterreno para la playa. Posteriormente, apareció Tomasz Staniszewski, un ingeniero y corredor de rally que había terminado recientemente el Rally Dakar Clásico con su propio Porsche 924. Staniszewski era consciente de la dificultad del proyecto, pero logró hallar las soluciones necesarias para cumplir su objetivo: crear un 928 con un espíritu surfero.
El automóvil surfero
Llamado Surfari, el diseño de este 928 excepcional y singular fue concebido por Lange & Lange. Estos hermanos gemelos forman parte de la comunidad de Chałupy 6 desde hace muchos años y son responsables de la apariencia del vehículo. Entre los accesorios, incluyeron una tabla de surf colocada en un portaequipajes en el techo, así como luces auxiliares Hella, redes de seguridad en las ventanas y llantas originales de Porsche con neumáticos todoterreno.
Tras su presentación en el festival Hel Riders, llegó el momento de emprender un viaje por carretera. El automóvil se unió a un convoy y se dirigió a Sylt, en Alemania, para participar en el festival Petro-Surf air-cooled Porsche, y luego a la isla de Rømø, en Dinamarca. Estos destinos resultaron perfectos para poner verdaderamente a prueba el 928 Surfari, al mismo tiempo que le permitían conectar con su entorno natural, con todo el equipo de Hel Riders observando el vehículo deslizándose por la playa. Ahora, mientras la narrativa continúa, solo queda aguardar la próxima aventura oceánica.