Cumplir con el software de mantenimiento del coche según las recomendaciones del fabricante, sobrevenir la ITV internamente de los intervalos establecidos y estar al día en las obligaciones fiscales asociadas al transporte. Estas son solo algunas de las responsabilidades que tiene cualquier propietario en España.
Y en esta nómina de quehaceres se encuentra la obligación de tener un seguro de coche. Y no solo porque es lo que exige la ley, sino porque es un aspecto fundamental para estar totalmente cubierto en caso de siniestro en carretera. Una situación en la que ningún conductor quiere encontrarse.
Y es que, aunque tengas uno de los coches más seguros del mundo, los accidentes ocurren, y cuando tienen puesto agradecemos contar con un seguro que cubra cualquier contratiempo.
Primero elige el tipo de seguro más conforme a tus necesidades
Según datos de Rastreator, el comparador de seguros de coche, los golpes son el tipo de siniestro que más preocupa al 44% de los españoles, seguido de los robos (24%), las averías (20%) y la condición de contar con protección en carretera (12%).
Por estas razones, un buen seguro de coche debe ofrecerte cobertura en caso de suerte o robo y un completo servicio de protección en carretera que te ayude en caso de ser necesario.
Pero no solo deberás contemplar estas coberturas a la hora de designar un buen seguro de coche. Debes tener en cuenta qué cubre tu póliza y qué ampliaciones son interesantes de añadir para mejorar las coberturas. Existen varios tipos de pólizas de seguros; sin embargo, todos ellos se pueden resumir en dos opciones diferentes:
Seguro a terceros
Es la póliza de seguros esencial, ya que incluye lo estrictamente obligatorio. Es decir, la responsabilidad civil del conductor, que permite reparar los daños causados a un tercero y a los ocupantes del propio transporte.
Esta modalidad de seguro se suele ofrecer protección en carretera básica y fue la opción contratada por el 53% de los conductores españoles en 2022. Además, se pueden mejorar las coberturas con el conocido “terceros ampliado”, que incluye robo, daños e incendio.
Seguro a todo peligro
Este tipo de seguro cubre los daños provocados a tu propio coche, aunque tú seas el culpable del siniestro. Los hay con y sin franquicia (cantidad fija a abonar en caso de reparar daños propios). Es la póliza de seguro que mayores coberturas ofrece, siendo la más recomendable para coches nuevos de menos de 5 años.
Luego añade ampliaciones para mejorar las coberturas
Todas estas coberturas básicas se pueden mejorar con las denominadas ampliaciones que puedes contratar en tu póliza de seguro y que no suponen un sobrecoste importante. Por ejemplo, la protección en carretera sin periferia de kilometraje o los comicios de taller. Este último te permite tener un lugar donde llevar tu coche para su reparación en caso de avería o suerte.
La cobertura de daños cinegéticos es la que protege tu coche en caso de sufrir un choque contra un animal considerado de especie cinegética (animales objeto de caza o de subsistencia). Cada vez es más recomendable añadir a tu póliza de seguro de coche la cobertura contra daños atmosféricos, con la que podrás demandar la reparación del transporte en caso de sufrir desperfectos por pedrisco o lluvias torrenciales.
No olvides una buena cobertura de protección jurídica que ofrezca defensa penal y la petición de daños. Y asimismo resulta interesante el servicio de petición de multas de tráfico y retirada de puntos, especialmente útil en caso de pérdida del carné de conducir.
Durante este último año, el 35% de los conductores decidió cambiar su seguro de coche a uno con menor protección para bajar el coste, según datos del comparador de seguros. Este acto no es recomendable, ya que podemos vernos desprotegidos en caso de siniestro o avería. Sin embargo, una buena forma de eludir, de media, unos 102 euros en el coste de tu seguro, según explica Rastreator, es revisar la póliza cada año con tu compañía aseguradora para mejorar los precios.